¿Renuncia o línea de escape? ¿perjuicio u oportunidad?: la opinión del Sindicato Chuquicamata respecto a la salida de André Sougarret de la presidencia ejecutiva de Codelco
En un hecho conocido por todos, ayer martes 13 de junio, André Sougarret renunció a la presidencia ejecutiva de Codelco. Más allá de mostrar nuestra sorpresa respecto a esta noticia, y asumiendo que este Sindicato ha sido crítico con la actual administración de Codelco, no podemos dejar de manifestar que una renuncia de este tipo, deteriora aún más la imagen de la compañía, tanto a nivel nacional, como mundial. Y es que no hablamos de la renuncia de un ejecutivo más: acá renunció el principal ejecutivo de Codelco. Renunció la persona que tenía bajo su cargo a toda la empresa y que, suponemos, había llegado con un plan de trabajo y una serie de desafíos para sacar adelante a la compañía de la crisis en la que actualmente se encuentra.
Al momento de asumir, André Sougarret conocía que su principal tarea era levantar la compañía del estado en el que se encontraba, para proyectarla a 50 años más. Sougarret llegó para resolver los grandes problemas de endeudamiento de Codelco, con niveles de productividad y producción en caída libre, todo en medio de la retrasada puesta en marcha de los proyectos estructurales más grandes del mundo, sumado a las constantes renuncias y/o cambios de altos ejecutivos dentro de la compañía, lo cual evidentemente no logró, cuestión que lamentablemente corroboraremos cuando se conozcan los resultados del segundo trimestre del año 2023. Todo esto se enmarcaba en un contexto de nulo diálogo con los trabajadores y con sus organizaciones sindicales, situación que aún se mantiene.
Antes de asumir el cargo, advertimos que Sougarret tenía estos grandes desafíos. Lamentablemente, para los intereses de la compañía, no logró revertir el pésimo estado en el que se encontraba y se encuentra. Sougarret, en su calidad de presidente ejecutivo, se vio disminuido y superado por la contingencia, las urgencias y por las malas decisiones de sus vicepresidencias y gerencias.
Ya siendo un hecho la noticia, y en virtud de que se debe designar a la brevedad un reemplazante, es que como trabajadores nos preguntamos: ¿Cómo será la selección del nuevo presidente ejecutivo?, ¿será bajo los mismos criterios por los cuales se designó a Sougarret? En base a esta experiencia, estas preguntas también deben hacérselas el directorio.
Se deben tomar cartas en el asunto de forma urgente. Actualmente, Codelco se encuentra en un estado de fragilidad y se ve disminuido ante la opinión pública, todo en medio de la negociación del litio, trascendental para el futuro de la empresa y de todo el país.
En ninguna parte del mundo, una empresa contrata a alguien por solo un año, menos aún si hablamos de la principal empresa productora de cobre del mundo. Así mismo, si hablamos de la contratación (o bien designación) del presidente ejecutivo de la empresa estatal más importante de Chile, lo mínimo que se esperaría, es que esta persona tuviera las competencias, facultades y el tiempo necesario para ejercer este cargo. Lo anterior en este caso, claramente no se cumplió.
Esta renuncia, junto a las constantes bajas de otros ejecutivos ocurridas durante el último tiempo, se podrían relacionar a dos factores: o no tienen las competencias necesarias para ejercer los cargos para los cuales se les contrató (o se les designó), o bien no tienen “la camiseta puesta” con Codelco. En ambos casos, el perjudicado es un solo: el Estado de Chile.
Por todo lo anterior es que, como Sindicato Chuquicamata, en representación de los trabajadores de la división, hacemos un llamado a la alta dirección de Codelco, a ser audaces y certeros en la elección del próximo presidente ejecutivo. La alta dirección de Codelco debe dar una muestra clara de gobernanza y exigencia hacia los altos ejecutivos de la compañía: debe cambiar los lineamientos bajo los cuales se ha regido Codelco en los últimos años, que son precisamente los que tienen a Codelco en el estado de debilidad actual.
En la presidencia ejecutiva, debe estar una persona comprometida con un Codelco 100% estatal. En este cargo debe estar una persona codelquiana y patriota, que reconozca el valor del trabajador propio, que frene las prácticas antisindicales, que avance hacia la internalización y de prioridad a la continuidad de marcha. Codelco necesita un presidente ejecutivo que detenga la privatización y de inicio a la internalización como eje fundamental al reconocimiento de la especialización, y dando valor al conocimiento experto. El nuevo presidente ejecutivo debe avanzar hacia un pacto estratégico real con los trabajadores, abriendo los espacios de participación y acuerdos, para abordar en conjunto los desafíos presentes y futuros. Finalmente, creemos que es prioritario que el nuevo presidente ejecutivo tenga como objetivo principal que Codelco funda y refine todo su cobre.
Solo avanzando por esta senda, Codelco podrá cumplir los desafíos presentes, logrando que la premisa de proyectar la empresa a 50 años más, tenga sustento en todos los sentidos, siguiendo con los desafíos que el presidente ejecutivo saliente y su “Tren” no han logrado cumplir.
Toda crisis, es una oportunidad de mejora. Esta crisis, aumentada tras la renuncia de Sougarret, el directorio de Codelco debe tomarla como una oportunidad para redirigir la compañía hacia un camino que permita recuperar el sitial que le pertenece en la industria minera mundial. Codelco ya no aguanta más a ejecutivos que no sientan compromiso con la compañía, que no asuman sus responsabilidades, ni que den cuenta de sus malas decisiones, que a la larga redundan en la gestión del directorio de la empresa. Los trabajadores estamos comprometidos y se nos obliga a asumir: ahora falta el compromiso y que responda toda la plana ejecutiva.